viernes, 18 de julio de 2008

RESPUESTA DE ESTELA DE CARLOTTO A LA REVISTA NOTICIAS

En la revista Noticias del sábado 28 de junio, salió publicada una nota titulada "El escudo ético del Gobierno" que, con datos erróneos intentó desprestigiar a nuestra Asociación acusándola de ser manipulada por el gobierno Nacional y tildándola de obsecuente con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Además se incluyeron agravios a nuestra presidenta Estela Barnes de Carlotto, e información errónea sobre su familia.
Por tal motivo, la Asociación en respuesta a los agravios ha enviado una carta, que deseamos difundir.
Buenos Aires, 8 de julio de 2008.

A los señores
Presidente de Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia
Editor Responsable, Dr. Luis Ángel Moretti
Jefe de Redacción de la Revista Noticias, Gustavo González

Presento esta carta en ejercicio de mi derecho a respuesta, previsto en el articulo 14 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y reconocido en su operatividad ampliamente por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ante las informaciones inexactas y agraviantes a mi honra y reputación publicadas por su revista del número de fecha 28 de Junio de 2008.

Abuelas de Plaza de Mayo lleva más de 30 años en la dolorosa y dura tarea de buscar a nuestros hijos y nietos secuestrados durante la dictadura militar que usurpó el poder el 24 de marzo de 1976. Durante ese período el terrorismo de Estado victimizó al país para cumplir con un plan económico de entrega e hizo desaparecer a 30.000 opositores, apropiándose de más de 400 de sus hijos.

Aún con riesgo de correr la misma suerte que ellos, nosotras las madres-abuelas fuimos contestatarias a ese horror manifestando dentro y fuera del país lo que acontecía en la Argentina. Así los organismos internacionales como las Naciones Unidas, la OEA, Amnistía Internacional, Cruz Roja entre otros, presidentes de Italia como Sandro Pertini, parlamentarios de los países escandinavos, España, Francia y otros escucharon muestras voces que clamaban ayuda, comprensión, apoyo.

Fuimos parte de una sociedad que consiguió el retorno de la democracia en diciembre de 1983. Se vieron nuestras pancartas en la Plaza de Mayo, vivando el regreso de la libertad, sin bandería política, solo la esperanza de un Estado de Derecho. El diálogo con las autoridades constituidas desde entonces fue permanente, la historia registra audiencias con el Dr. Raúl Alfonsín, el Dr. Carlos Menem, el Dr. Fernando De la Rua y el Dr. Eduardo Duhalde. Siempre para apoyar el proceso democrático y hacer saber nuestras demandas.

Y la misma actitud asumimos con el Dr. Néstor Kirchner, solo que grande fue nuestra satisfacción cuando fuimos testigos de una clara decisión política de terminar con la impunidad. Creo innecesario enumerar todos los actos de gobierno que permitieron el afianzamiento de la búsqueda de la Verdad, la Justicia y la Memoria. Fuimos y somos permanentemente convocadas, consultadas e invitadas a ser parte de una historia de reparación ciudadana.

Por ello considero que interpretar nuestro apoyo a esa gestión, no a un partido político, como que somos utilizadas y nos pasean exhibiéndonos como bandera es ofender nuestra dignidad en una lucha que jamás claudicó, negoció o bajó los brazos.

Abuelas de Plaza de Mayo mantiene su postura crítica a muchas políticas públicas o deudas del Estado de Derecho. Son públicos nuestros reclamos a una reforma sustancial al funcionamiento de la justicia penal, que incumbe a los tres poderes del Estado; así como nuestra postura crítica a la situación de riesgo que viven muchos testigos y víctimas de la represión ilegal frente al actual accionar de grupos parapoliciales que siguen contando con impunidad y posibilidad de organizarse.

Con marcada mala intención la nota pretende desprestigiar a los militantes de las organizaciones sociales alegando que el gobierno les dio cargos y dinero a cambio de un apoyo total, dando cifras inexactas en cuanto al subsidio que por ley Abuelas de Plaza de Mayo recibe del Estado.

Es conveniente aclararle a Noticias que desde el año 1998, mediante el proyecto de Fondo de Reparación Histórica para Abuelas de Plaza de Mayo, del entonces diputado Sebastián Galmarini, el Congreso de la Nación sancionó el 9 de diciembre de ese año, la ley Nº 25.066 nos otorgó un subsidio que fue pagado y rendido regularmente.

En el año 2007, por ley 26.198 Art. 81 Decreto Nº 1/2007, el Estado nos entregó en seis cuotas $ 1.410.000 y en el año 2008 la contribución del Estado, ley 26.337, nos transferiría $ 1.642.000 en seis cuotas.

Del exterior, las Naciones Unidas, las Iglesias Evangélicas de Estados Unidos de Norteamérica y otros nos apoyan con proyectos similares, siendo la Unión Europea la que por proyecto de tres años, entre 2003 y 2006, nos aportó € 640.000.

Toda esta información más detallada figura en los balances, las rendiciones correspondientes y en nuestra página web. Además falta a la verdad cuando asegura que una Abuela se fue por disidencia. Pero la malicia de la autora de la nota, María Fernanda Villosio, con la anuencia de sus jefes, no descansa en querer desprestigiar nuestra Asociación, sino sembrar cizaña queriendo enemistarnos con los dichos de una Abuela u otras supuestas Abuelas que hablaron con ella off de record, desmereciendo mi conducta institucional, hablando de un éxodo inexistente. Si fuera una periodista con condiciones éticas hubiera investigado los avances de nuestras tareas desde 1989, año en que fui elegida presidenta, hasta nuestros días. Cabe destacar además que la nuestra es una Asociación democrática que elige sus autoridades todos los años, en el mes de mayo, quedando asentada dicha elección en las actas de la institución y que cada Abuela puede postularse para ocupar un cargo en la Comisión Directiva. Por otra parte, semanalmente realizamos una reunión las integrantes de dicha comisión a efectos informativos y resolutivos.

Agrega la periodista una afirmación que me produce asombro cuando asegura que el Dr. Spacavento, director del Hospital Argerich, no aceptó una designación a un cargo por no haber contado con mi aprobación. Febril imaginación contaminada de mentiras. Como la de suponer que llamo al ex presidente por su nombre de pila y que soy dueña de su voluntad.

Ahora quiero abordar un agravio más personal porque se trata de mi familia. Tuve cuatro hijos. Laura que fue secuestrada y asesinada por la dictadura militar después de nueve meses de cautiverio, durante el cual nació su hijo Guido el que le fue robado a las pocas horas. Es el nieto que hace 30 años estoy buscando junto a mis compañeras las Abuelas de Plaza de Mayo. Los otro tres, Claudia, Guido y Remo tuvieron una militancia política durante la dictadura militar en oposición al régimen genocida. Los Organismos de Derechos Humanos los recordarán manifestando sus pensamientos junto a ellos.

Claudia milita desde hace 25 años en Abuelas voluntariamente y trabaja en el Estado (Dirección, Subsecretaria o Secretaría de Derechos Humanos, según los distintos gobiernos) desde 1992, año en que se creó un espacio estatal para la búsqueda de nuestros nietos, siendo por concurso coordinadora de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad desde 1994. La periodista sabrá qué gobiernos transitaron desde entonces.

Guido fue congresal nacional del PJ en 1991, asesor en el Ministerio de Salud y Acción Social, Subsecretario de Desarrollo Social en la Municipalidad de La Plata entre 2001 y 2003, Concejal en el Consejo Deliberante del Municipio de La Plata, en 2005 candidato a diputado Provincial por La Plata, Presidente del Bloque de Concejales del PJ entre 2005 y 2007 y actualmente senador en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires. Cargos estos últimos obtenidos por el voto popular. Además, desde 2004 hasta la actualidad Secretario de Derechos Humanos del PJ de La Plata.

Remo trabajó militó en Abuelas de Plaza de Mayo, desde el retorno de la democracia. Trabajó ad honorem en la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, entre 2001 y 2003, fue Secretario de Derechos Humanos de la misma, entre 2003-2005, y es actualmente Diputado Nacional por la provincia de Buenos Aires y presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados por voto popular.

Mis hijos antes de que yo fuera Abuela de Plaza de Mayo asumieron los riesgos de una militancia en la dictadura y un compromiso con la democracia padecieron el exilio, la persecución política, la pérdida de compañeros. Tuvieron una identidad política. No son los “hijos de Estela”. Son ciudadanos que se han puesto al servicio del camino democrático.

Por todo lo expuesto es que reitero mi pedido de publicación en el mismo espacio y página de lo expresado precedentemente.

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