sábado, 9 de agosto de 2008

"La Lucha continúa hasta que encontremos al último chico al que le hayan robado su Identidad"


Después de conocer a su hermano desaparecido por casi 30 años, Emilio Goya, representante de H.I.J.O.S. y de la Comisión Provincial de la Memoria, contó las acciones que realizó a través de dos continentes y la emoción del primer encuentro: “Me reconocía a cada anécdota, a cada mirada”, dice.

Cabe recordar que Emilio Goya tiene 33 años, dos hijas y dos hermanos. Uno de ellos estuvo desaparecido durante casi treinta años y la semana pasada recuperó su identidad. El miércoles pasado, las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron el hallazgo de Jorge Guillermo Goya, hijo de Lourdes Martínez Aranda y Francisco Goya. Pero Emilio, que lo había buscado en Argentina, México y España, prefirió no participar del anuncio público. Acababa de conocerlo y preservar esa relación era y es su prioridad. Aplacada sólo un poco la conmoción emocional, Emilio habla de aquella pesquisa que hizo por dos continentes, de su papá, del proyecto colectivo que representaba y de la satisfacción que le produjo el encuentro con esa persona que, aunque estuvo lejos por décadas, se reveló como un viejo conocido. “Me reconocía a cada segundo, a cada anécdota, a cada mirada”, indicó. Jorge Guillermo nació en España. Su papá estuvo detenido durante el gobierno de Isabel Perón y en diciembre de 1975 se exilió en Perú. De allí partió a México, donde conoció a María Lourdes, y luego a España. Decidió volver a Argentina en 1980, en el marco de la operación de contraofensiva organizada por Montoneros. Fue secuestrado en la frontera, tal vez en Paso de los Libres, junto con su mujer y el pequeño Jorge Guillermo. En el Chaco había dejado a los dos hijos que tuvo con su primera esposa. En la adolescencia, Emilio —el menor de aquellos dos hijos— se internó en la búsqueda de su papá, su historia y su destino. La meta fue, luego, dar con ese hermano que nunca había visto y del que sólo tenía algunas referencias por las cartas que había recibido de su padre en el exilio. El objetivo se cumplió la semana pasada. El encuentro del joven secuestrado cuando era un niño se convirtió en el inicio de un camino íntimo que ahora transitan Jorge Guillermo, Emilio y el resto de su familia. Por eso, Emilio prefiere guardar los detalles sobre la actualidad de su hermano o datos acerca de con quién vivió durante todos estos años. Dijo además que el encuentro con su hermano fue “muy cortito, pero muy lindo, espectacular, sentí una cosa muy fuerte, una cosa casi imposible de transmitir con palabras”, detalló. Finalmente expresó: “Pensé que el objetivo era este, que era los más importante, ahora entiendo que la lucha continúa hasta que encontremos al último chico al que le hayan robado su identidad”. Agregó que lo que se siente no se pueden transmitir, que está feliz y que con tantas sensaciones raras mide las palabras para decir solamente lo correcto.

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